Apreciados amigos:
Muchas gracias por su
invitación a la actividad cultural que con el nombre de Los Pregones de Lima, presentaron ustedes anoche en el auditorio de
su nueva sede en San Miguel.
Como bien manifestaron
ustedes, hay un tiempo para el trabajo -las negociaciones, las tarifas, la
oportunidad de negocio- pero también debe haber un tiempo para el acercamiento
amical, para la diversión, para la cultura. La impecable presentación ofrecida
por ustedes el día de ayer es la puesta en práctica de esa feliz idea.
La elección del
espectáculo no pudo haber sido mejor. En vísperas de la celebración de las
Fiestas Patrias, volver la mirada hacia aquellos personajes tradicionales
enraizados en el Perú colonial y comienzos de la república que, teniendo un referente
real (que Palma lo recrea con puntilloso detalle), nos hacen evocar al mismo
tiempo ese universo sencillo y gracioso de Martín Fierro, ha sido todo un
acierto.
Era de esperar que una
empresa próspera como Edelnor, cuya labor de proyección a la sociedad
peruana resulta singular y paradigmática,
no dejara de lado las expresiones culturales del país. Sabemos del esfuerzo que
Edelnor viene llevando a cabo en esa dirección y nos congratulamos del éxito que
ella viene obteniendo en su generosa labor difusora. Hace poco presentaron el
libro Lima y sus Pregones contando
con la colaboración del historiador Luis Enrique Tord, libro en el cual, hasta
donde he podido conocer, incluyen
reproducciones de la obra de Martín Fierro (¡Y además, un CD con música de
Mercedes Ayarza! , y también un DVD con
las imágenes pintorescas de la sanguera, la tisonera, el frutero, etc). Ahora, con
encomiable ánimo celebratorio, ponen su hermoso auditorio al servicio de una
pequeña representación de aquellos típicos personajes limeños del pasado, representación
que por su sobriedad y buen gusto –del
que no son ajenos la picardía y el
salero femeninos- despierta nuestro entusiasmo y simpatía.
Felicitaciones Carlos,
Walter, Pilar, Yván. Pueden sentirse satisfechos y contentos de su obra. Sin
duda, es también un buen motivo para estar orgullosos del lugar privilegiado
que ustedes han alcanzado, tanto en el ámbito profesional como en términos de
organización.
Aprovecho la ocasión
para felicitarlos por el nuevo ambiente de trabajo que ahora disfrutan: ámbitos
profusamente iluminados, salones amplios
y acogedores, auditorios y salas de reuniones rebosantes de comodidad y
refinamiento. Pero también reitero mi agradecimiento y placer por los
deliciosos y variados bocadillos del cocktail con el que cerraron la noche.
Gracias, finalmente, por la reproducción de Pancho Fierro, La Misturera , detalle delicado que hoy aprecio con placer y
que me convoca a la gratificante tarea de una nueva revisión de las pinturas de
este inconfundible acuarelista. Ahora, pues, miraré su obra con el cálido recuerdo
de la amistad.
Un fuerte abrazo
Lima, julio 2008
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