8/12/13

Lou Reed: MAGIC & LOSS



(Declan Lowney, 1992, VHS)


Una, con la mirada franca y siempre digna,
la otra, puro sentimiento y el gesto amable.
Se fueron para quedarse en nuestro corazón.

Escribe: Rogelio Llanos Q.


Magic & Loss es magia y pérdida, sonidos y silencios, alegría y tristeza, placer y dolor, contención y descarga, sonrisas y lágrimas, vida y muerte. Este paso de la luz a la oscuridad motiva una reflexión profunda y bella, terrible y hermosa entre intensos destellos anaranjado rojizos e inquietantes fríos azulinos. Magic & Loss, en palabras de Lou Reed, un conjunto de canciones sobre “la amistad, el amor y la pérdida”, se desliza sensible y sutilmente entre el blues lento y emotivo y el rock enérgico e impetuoso.

Durante veintisiete días de un abril primaveral del ya lejano 1991, en su amada New York, Lou Reed se reúne con sus cómplices Mike Rathke, Rob Wasserman y Michael Blair para llevar al disco su homenaje a Rita y a Doc, sus amigos entrañables que emprendieron su viaje final a consecuencia del cáncer incurable. Casi un año después, el 18 de marzo de 1992, Lou y esta pequeña y extraordinaria banda toman por asalto los Bray Studios de Londres y organizan un ritual celebratorio, íntimo, con ausencia de público y sólo acompañados de esa especial voz de little Jimmy Scott, infantil, aterciopelada, y de una iluminación que, haciendo eco a la inspirada música de Lou, oscila entre el guiño scorsesiano y el clima espectral.

Una cámara de movimientos armoniosos que se desliza sigilosamente entre primeros planos, planos de detalle y encuadres generales se convierte en una cómplice más del ritual. Allí, en el escenario, aislados del mundo, Lou inicia el concierto con una furiosa descarga de sonidos, como invocando la presencia espiritual de la amiga que se fue. Dorita es una breve, pero soberbia obertura, con solo Lou bajo los reflectores, del maravilloso Magic & Loss. Luego, el silencio, la oscuridad, e inmediatamente después, una luz intensa bañando a la banda entera y los sonidos cálidos, amables, acompasados de What´s Good. Pero no nos equivoquemos la bella melodía acuna entre sus arpegios un mensaje de desolación, de desengaño: sí, la vida es bella, pero nada justa.

Y después de esa declaración que sirve también de epígrafe al vídeo, Power and Glory, la constatación de los hechos, el testimonio del amigo que intenta vivir lo que el viejo Doc experimentó: “Recibí la visita del Poder y la Gloria...la electricidad corría por mis venas...Me envolvió el aliento cálido de la divinidad...”; y luego: ”... Ví un gran hombre convertirse en niño /el cáncer lo redujo a polvo....ví introducir isótopos en sus pulmones...el mismo poder que quemó Hiroshima”. Pero, antes, la declaración solidaria y emocionada: “Y quise que eso me pasara a mí...”.

Magician, magician, mago, hechicero, divino hacedor, libérame de este cuerpo dolorido, de este cuerpo en descomposición. El ferviente deseo de vivir, el desesperado deseo de alcanzar al fin la paz, el indeclinable deseo de atravesar la tormenta para alcanzar la tranquilidad anhelada. Magician es una de la canciones más emotivas y terriblemente bellas de este álbum. Un contrapicado inesperado con plena iluminación del escenario es el aviso para que las guitarras vuelvan a trepidar en Sword of Damocles, que nos advierte que la radiación mata tanto lo bueno como lo malo, de modo que para vivir hay que morir también.  Goodbye Mass y Cremation son apuntes melancólicos, con un Lou sentado y guitarra en ristre en torno a la despedida postrera entre amigos, mensajes y ceremonias y el pensamiento recurrente en el destino inevitable, aquel coalblack sea, que espera por el hombre al final del camino. Delicados toques de guitarra, una batería que por momentos suena firme, contundente, solemne, emulando quizás el momento en que la muerte llega a tocar nuestras puertas.

La evocación cariñosa, amable, melancólica de Rita está en la delicada Dreamin’ : “Siempre estabas riendo, pero nunca te reías de mi...”. El elogio a la fortaleza del amigo y el lamento por no haber podido compartir con él los momentos decisivos  está en No Chance: “...Pero tu optimismo me hizo pensar que habías vencido / Así que no tuve ocasión de despedirme...” . Y, entonces, la cólera, la impotencia se transforma en un arrebato musical de proporciones, vibrante, fuerte y emotivo: The Warrior King. Una descarga letal contra la muerte, imaginando ser un rey guerrero con poder omnipresente y el corazón lleno de rabia y de deseo de venganza. Inolvidable ese epítome de guitarras improvisado frente a unos tambores que se contagian del furor de las cuerdas y que suenan, en medio de un escenario colmado por una luz rojizo amarillenta, como una reivindicación de la vida, como una protesta desgarrada contra la muerte injusta.

Muerte, violencia e ironía se dan la mano en Harry´s Circumcision, reformulación musical del corto de Martin Scorsese, The Big Shave (1967): ante un espejo, el personaje pasa de la reflexión descarnada y la exploración minuciosa de su cuerpo al inevitable tajo inmisericorde. Con voz grave, Lou recita el texto, dejando sólo para el final, con la marcada presencia de los tambores, la incipiente melodía que encubre el epílogo irónico –la decepción final- del frustrado suicidio del personaje.

Gassed and Stoked nos declara, entre broncos sonidos de guitarra y el golpe firme y acompasado de los tambores,  que resulta difícil olvidar al amigo muerto. Se retoma, entonces, Power and Glory, ahora en un ritmo acelerado, para finalmente, derivar en el solemne Magic and Loss. Leves toques de guitarra al inicio, un clima espectral en torno a la banda, la batería percutiendo insistente y obsesiva,  y un final con Lou, solitario, bajo los reflectores, aludiendo al fuego purificador como vía ineluctable para llegar a la luz. Con la sabiduría que otorga la madurez, se atreve, a pesar del dolor y la angustia, a reconocer  que hay un poquito de magia en todas las cosas. Las palabras llegan a su fin y dan paso al ruidoso y creciente sonido de guitarras.   Y súbitamente, tras las miradas cómplices de Lou y su banda,  se hace abruptamente el silencio y la oscuridad.


Lima, 17 de febrero de 2007.

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