8/12/13

REFLEXIONES A LAS PUERTAS DEL 2005

Remontar el paisaje tolkieniano, una vez más, entre caballeros negros y sombras espectrales que se anuncian a través de la niebla de las seis de la mañana. 

Raptos de optimismo a contracorriente de la melancolía entrañable de aquellos finales de Lord Jim y The Rescue. 

Y decirnos, que la aventura bien vale la pena  con Dylan y Reed y Sabina y Serrat en la fría lectora de sonidos o en el nostálgico y viejo tornamesa de 33 1/3 rpm. 

O tal vez, expectante y tenso, a la espera del decisivo y lacónico ¡Vamos..!, como William Holden en The Wild Bunch, con los viejos amigos fieles, de la burla a flor de labios y la  marginalidad inseparable. 

Soñando siempre con bajarme en Atocha o agotar Corrientes o caminar a la vera del río de Rivette, Después del Atardecer, con los amores incondicionales de toda mi vida y los alientos filiales y queridos de siempre. 

Y quizás, compensarme, con la sonrisa alegre y contagiante de las amigas encantadoras de cada día. 

Entre las promesas y las ilusiones, entre las fantasías y los sueños, entre el desánimo y el camino hecho al andar. 

Allí vamos, pues.

Lima, diciembre 2004

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