Hay casi mil
cuatrocientas películas anotadas en la sección Guía del Cine de la Revista
Cable Mágico. De ellas, he visto doscientas cincuenta y siete. Cada mes suelo
revisar esta sección y, como una suerte de desafío – a ver cuántas películas he
visto de la programación- procedo a
marcar aquellas películas que ví alguna vez en el cine o en el formato del VHS
o DVD. Recuerdo que cuando recién salió
el VHS, me negaba a ver las películas en tal formato porque consideraba que eso
no era cine. Con ello concordaba, además, con aquellos críticos de cine, los
llamados ‘puristas’, a quienes yo admiraba por aquellos textos que con agudeza
y talento descubrían el universo de los directores admirados, al mismo tiempo
que me nutrían de nuevos conceptos definiciones y me mostraban el camino para
acercarme cada vez más y mejor a las películas admiradas. Era también una
manera de ver el mundo, a la que yo afilié de inmediato con pasión...mucha
pasión.
El tiempo ha pasado y
ahora no tengo reparo alguno en ver las películas en el formato actual del DVD.
Esta aceptación se facilitó por el hecho de encontrarme cada semana con una
cartelera pobre en estrenos, casi siempre norteamericanos. En cambio la oferta
del cable y de los vídeos (VHS en su momento, y ahora DVD), era no sólo
abundante y variada, sino que estaba constituída por muchísimos clásicos y por
filmes provenientes de aquellas cinematografías que la cartelera comercial no
aceptaba, o sea la europea, asiática y la latinoamericana.
Hoy no he ido al cine
como solía hacerlo en el pasado. Mejor dicho, no he tenido gana alguna de ir a
ver la última aventura de Indiana Jones,
que la imagino con más de lo mismo que hemos visto en el pasado. En cambio, hoy
me resistí a ir a la casa de mi amiga Gaby –para saludarla por su cumpleaños lo
haré mañana y le diré cuándo podemos ir a tomar una copa de vino- y preferí
quedarme en casa viendo una película. Seleccioné La Masacre de Katyn, un filme
del polaco Andrzej Wajda, sobre un episodio trágico de la segunda guerra
mundial. Filme notable hecho con sensibilidad y sin ocultar la dureza de unos
acontecimientos que son toda una vergüenza para la humanidad. Los rusos mataron
a 22,000 polacos en el año cuarenta y culparon a los alemanes. La mentira la
ocultaron hasta el año 90 en que Yeltsin aceptó públicamente la responsabilidad
de la URSS en el genocidio. Un filme
ampliamente recomendable y que nos trajo a la mente que aquí en el Perú hay
políticos que se las dan de demócrtas, pero que tienen un gran rabo de paja en
materia de violación de los derechos humanos: García y los Penales, Morales
Bermúdez y los montoneros argentinos.
Pero volvamos a las
películas. Sólo que, tal vez por la edad, ahora estos temas me impresionan con
más fuerza, y me llevan a investigar con mayor detalle acerca de los hechos
narrados en el film. Quise escribir antes esta nota, pero el tiempo se me pasó
examinando varias páginas web dedicadas a tratar la masacre de Katyn. Sigo aún
en estado de shock luego de ver la película y ver que lo allí mostrado refleja una
realidad durísima y penosa. Según lo leído, las matanzas eran diarias,
empezaban al mediodía y terminaban en la madrugada. Todos los días, esa
espantosa rutina de descerrajar un tiro en la nuca a los condenados, subirlos
al camión para trasladarlo a campos especialmente preparadaos para enterrar los
cuerpos o pegarles un tiro en la nuca al borde de la fosa común. Eso demandaba
una organización grande, un movimiento
de personas y recursos de gran magnitud. Y toda esa organización maléfica bajo
el control de un Stalin ominpresente, al que aún no termino de maldecir.
Bueno, ahora sí volvemos
a las películas. ¿Qué recomendar para este mes?. Pues, veamos. Revisaremos la Guía de Cine (página 103),
pero sólo mencionaré las que valen la pena, pues de lo contrario no terminaría
nunca, Empezando la lista, nos eencontramos con 8 Mile ,
filme de Curtis Hanson, que tiene como novedad la actuación del rapero Eminem,
que no desentona con una historia de competencia y triunfo. Alcatraz, nos pone en contacto una vez
más con Donald Siegel, uno de los maestros de Clint Eastwood en un filme sobre
la fuga de unos prisioneros de la tristemente célebre cárcel norteamericana. Amarcord es un film nostálgico de
Fellini que el cable nunca deja de pasar y del cual resulta inolvidable ese
¡Quiero una mujer!!! , que uno de los personajes en un pasaje de la pelicula,
grita a pleno pulmón. American Graffiti, de George Lucas, es para los
nostágicos de los sesenta: los amores de juventud, las vueltas interminables en
los carros modelos de los cincuenta y la música antes de The Beatles. Antes del atardecer (Richard Linklater)
es un delicioso filme de reencuentro de dos amigos (ella, la maravillosas Julie
Delpy) que, una vez más conversan sobre el amor y la nueva oprotunidad caminando
por las calles de un París acogedor. Batman
vuelve, de la mano de Tim Burton, cuyo nombre es suficiente para mirar con
interés la nueva historia del hombre murciélago. Vale la pena ver Bob, Carol, Ted y Alice (Paul Mazursky)
para sintonizar con el talante de los sesenta y el llamado amor libre que
empezaba a molestar a moralistas y reprimidos. Buenas Noches y Buena Suerte es un filme dirigido por George
Clooney y que arroja muchas luces sobre su opción política, haciendo frente a
los sectores más conservadores de la sociedad norteamericana. Cabo de Miedo de J. Lee Thompson, es el
acertadísimo antecedente del filme que Scorsese haría en los noventa cargando
las tintas con un De Niro desbordado. Si nos encanta las aventuras de piratas y
de capa y espada, pues nada mejor que ver Capitan Blood del siempre en caja
Michael Curtiz y el invencible Errol Flynn (aquellos que han hecho la serie
actual del Capitán Sparrow no le llegan ni a los talones de aquellas aventuras
de Curtiz y Flynn). Un film extraordinario que hay que ver de todas maneras es Capitán de Mar y Guerra del australiano
Peter Weir, que hizo que el almidonado Russel Crowe, tuviera su mejor actuación
hasta el momento. Carlito´s Way es
una de las notables películas que ha hecho Brian de Palma, en complicidad con
Al Pacino. Y si tuviera que escoger una película en este mes, no dudaría en
seleccionar Cartas desde Iwo Jima,
del maestro Clint Eastwood; la lucha por la toma de esta isla desde el punto de
vista japonés es conducida con sabiduría y sensibilidad por este cineasta
entrañable. Cautivos del Mal es la
visión dura del Hollywood de las estrellas, visión a cargo del maestro Vincente
Minnelli. Código de Honor es una
película del siempre inspirado Sean Penn, que hace de Jack Nicholson un
detective que en el proceso de investigación se encontrará consigo mismo. Conspiración del Silencio es una
pequeña obra maestra del talentoso John Sturges que enfrenta al gran Spencer
Tracy con un grupo de pobladores que encubren tras su silencio y hostilidad el
profundo racismo que subyace en el corazón de una norteamérica en plena caza de
brujas. Crash: Extraños Placeres es
un filme de David Cronenberg, siempre obsesionado por el cuerpo humano y sus
deformaciones. De Paseo a la Muerte es también una
obra maestra que, de mano de los Coen, nos pone en contacto con un universo de
venganza y violencia. La versión de Tay Garnett de El Cartero Llama Dos Veces siempre me resultó inquietante: las
piernas de Lana Turner nos conducen a la perversión y al crimen, inevitablemente,
como al desarmado John Garfield, que termina en la cámara de gas. El Hombre que Burló a la Mafia , del siempre
eficiente Donald Siegel, nos garantiza acción y diversión sin tregua alguna. El Hombre que Nunca Estuvo, es otra
joyita más de los hermanos Coen: robarle a la mafia y escapar sano y salvo es
toda una proeza, pero, ¿lo logrará? El
Joven Manos de Tijera es un cuento delicioso de un Tim Burton que hace un
uso sabio del color y de las referencias cinéfilas. Nunca olvidaré el placer
con el que aprecié El Padre de la Novia , filme de Minnelli
sobre un padre celoso que sufre cuando su hija le anuncia que se va a casar.
Orson Welles hizo de la pesadillesca El
Proceso una obra maestra, sin
traicionar el original kafkiano. El
Sueño de Mi Vida es el horrible título en español de la hermosa Honkytonk Man, del maestro Clint
Eastwood, quien hace de cantante country a la búsqueda del éxito, recorriendo
el vasto paisaje americano. El Tigre y
el Dragón es una historia fantástica que nos envuelve por esas hermosas
escenas de combate que semejan un ballet a cargo de un inspirado Ang Lee. Fargo es también un filme de los Coen:
inolvidable Frances McDormand haciendo de policía encinta y oscilando entre la
ingenuidad y la perspicacia. Hay que ver Furyo
de todas maneras, filme del japonés Nagisa Oshima, que pone enfrente a un
prisionero y a su torturador. Golpes del
Destino o Million Dollar Baby,
otra obra maestra de Clint, que nos impresionó por esa escena en que el
entrenador y su pupila conversan y los sentimientos van desde el afecto filial
hasta el deseo contenido. ¡Hatari!
es la diversión absoluta, es el disfrute pleno de los sentidos, es la aventura
llevada a su máxima expresión gracias al maestro Howrd Hawks. Hannah y sus Hermanas es el Woody Allen
en la mejor de sus formas. Hombres
Violentos es un western adulto del a veces ignorado Rudolph Maté. La
Amenaza de
Andrómeda, de Robert Wise, es un
filme de ciencia ficción excitante y cuyo interés se mantiene hasta que sale la
palabra fin. La Cruz de
Hierro es una película de guerra del gran Sam Peckinpah, o sea violencia a
raudales y una historia que nos envuelve desde las primeras imágenes. Del mismo
Sam, la épica La Pandilla Salvaje ,
obra maestra absoluta y una de las mejores películas de todos los tiempos: aún
recuerdo emocionadísimo esa escena con los pistoleros atravesando la ciudad con
las armas en la mano sabiendo que van a morir, pero dispuestos a vender cara su
vida. La Pantera Rosa y un
Blake Edwards en su mejor forma dirigiendo al inolvidable Peter Sellers haciendo
del torpe Inspector Closeau: risas al por mayor. La
Princesa que
Quería Vivir, de William Wyler, historia exquisita, delicada, sensible con
la etérea Audrey Hepburn. La Strada del Fellini
en sus comienzos, emocionándonos con la actuación de una Giulietta Massina en
el papel de la inolvidable Gelsomina. Vale la pena ver Las Vírgenes Suicidas, si no la primera, una de las primeras
películas de la hija del gran Francis F. Coppola; sacó el talento de su padre,
sin duda y nos impactó con esta dura historia de represión en un ambiente de la
clase media norteamericana. Recomiendo ver Los
300 Espartanos de Rudolph Maté, película que con bajos recursos tiene
mayores logros que el esperpento perpetrado hace relativamente poco tiempo por
Z Snyder, basado en los dibujos de Frank Miller. Recuerdo con cariño Los Duelistas, de Ridley Scott, que me
inició en la obra de Joseph Conrad; fueron los mejores años de ese director
bastante venido a menos. Los
Imperdonables de Clint Eastwood es una de las varias obras maestras de
Clint, que selló con broche de oro el género de las cabalgatas y disparos; los
westerns que se hicieron después no tuvieron la garra de este filme deseperado
y crepuscular. Del alemán Fritz Lang, pasan en cable M, el Vampiro de Dusseldorf, en el que es todo un placer ver a
Peter Lorre haciendo de criminal en serie. Primera
Plana de Billy Wilder siempre nos deja sin aliento por ese gran pulso
narrativo de un director creativo y original. Hay que ver Rebelde sin Causa si queremos tener una idea de cómo era la vida en
los cincuenta, cuando James Dean aún vivía y modelaba la vida de jóvenes y
adolescentes. Rescatando al Soldado Ryan
y sus primeros treinta minutos de acción (eliminemos el prólogo que es llorón y
patriotero) nos dejaron estupefactos y al borde de tirarnos al piso para evitar
que nos cayera un balazo; y luego un gratísimo homenaje al gran Anthony Mann y
sus películas de guerra; sin duda, de lo mejor que ha hecho Spielberg. Richard
Lester hizo la entrañable Robin y Marian,
que nos emocionó por ese delicado balance entre la ironía y el mito. Nunca
debemos perder las películas de Orson Welles: su cine es más grande que la vida
y Soberbia es un claro ejemplo de lo
que decimos. Si queremos reir a mandíbula batiente no perdamos Sopa de Ganso de los entrañables
hermanos Marx. La risa y la reflexión política se dan la mano en Tiempos Modernos de Charles Chaplin, la
cual hay que ver de todas maneras. No debería estar en esta lista Tierra Fría, una convencional película
protagonizada por la hermosa Charlize Theron (declaro públicamente mi amor por
esta bella actriz), pero tiene música de Bob Dylan, qué se le va a hacer,
seamos pues un poco flexibles con nuestros criterios cinéfilos. Total, esta no
es una nota para Hablemos de Cine o La Gran Ilusión. Si a Penélope Cruz la amábamos ya
desde sus primeras películas, Volver,
el filme de Almodóvar, nos invita, por su talento a quererla aún más.
Y, bueno, hay otras
películas valiosas sobre las que habría que hablar, pero ya llegó la medianoche
y debo terminar aquí.
Pero antes, debo
indicar que hay algunas películas que no he visto y que me preparo para verlas
este mes. En su momento las comentaré, la mayoría de ellas son westerns y
algunos documentales sobre las películas de Chaplin. Nos vemos en el cine.
R.
Lima, 1 de junio de
2008
No hay comentarios:
Publicar un comentario