29/4/14

TODOS SOMOS IGUALES

Una vieja nota remitida por mi sobrino Carlitos, acompañada de unas fotos en las cuales se observa a un tipo que mira a una chica que pasa cerca de él y la actitud belicosa de su pareja que le reprocha la mirada que, supuestamente, sólo debería ser dedicada a ella, me motivó en su momento una reflexión. ¿Cuántos años han pasado de aquella vieja nota? Quizás cuatro o cinco años, quizás más. Ya no lo recuerdo, pero creo que mi punto de vista, con algunas variantes (que ahora no deseo abordar), conserva su vigencia.
Apreciado Carlitos:
Sí, efectivamente, todos somos iguales. Se trata de impulsos atávicos que no se pueden evitar y que, por ello mismo, lo mejor es tomarlo con humor. Que una mujer se moleste porque su pareja mira a otra mujer, me parece si no absurdo, una tontería. Va la misma opinión en el caso inverso. Razones para sustentar lo indicado hay muchísimas, sólo voy a señalar las que me parecen que son las principales:
 1. Nada va a impedir que estando ausente ella, él vuelva a mirar a esa mujer o a otras mujeres. Igual, ella mirará impunemente a otros hombres cuando él no esté.
2, Nadie puede impedir que él o ella fantaseen a su regalado gusto. Los intentos de ir contra esta actitud natural de los seres humanos los pueden ver en la película de Stanley Kubrick "Ojos Bien Cerrados", donde dicho sea de paso, Nicole Kidman muestra su bella naturaleza con generosidad. La película no es de lo mejor de Kubrick, pero disfruté a rabiar ver los encantos de la bella larguirucha. ¡Qué tal culo, por Dios!!!! Tenía que decirlo...no me podía quedar con las ganas de expresarlo abierta y gozosamente. ¿Alguien me lo puede prohibir?
3. En todos los matrimonios siempre tiene que haber una válvula de alivio, de lo contrario, las energías acumuladas hacen que la sacrosanta institución vuele por los aires y ni aún con Escrivá de Balaguer como santo patrono se podrá evitar tal colapso. Esa válvula de escape es la imaginación, y la expresión abierta de nuestros gustos, miradas, admiraciones y deseos...sin censura alguna. Tal es la única garantía de que una pareja pueda sobrevivir decentemente con el paso de los años.
4, Los celos son el mayor veneno de una pareja. Combatirlos con todos los medios posibles. Hace imposible una vida decente, quita ilusiones, amarga la vida, causa infelicidad y más estrés del que ya se padece y, lo peor de todo, es inútil, porque cuando a alguien se le mete en el cerebro la imagen de otra persona no habrá fuerza humana o divina que lo haga (o que la haga) cambiar de idea. La comprensión, la tolerancia, el entendimiento, la comunicación son las mejores armas contra los celos. La libertad para cada miembro de la pareja es fundamental.
 Voy a comentar las fotos:
1. El patita está con una muchacha que, como decía una buena amiga, es fachosa, pero tiene una nariz nada simpática. Quizás, cuando se enamoró de ella, no le pareció así. O, quizás, hasta se enamoró porque su nariz era precisamente así. Vaya usted a saber por qué diablos se enamoró de ella. Se me ocurre que tal vez por el pelo. A mí, por ejemplo, me gusta su color de pelo y esa forma como cae, que en ocasiones le da una apariencia de desorden o de descuido personal. ¿Por qué me gusta así? No lo sé, tal vez porque la imagino así después de una buena sesión amorosa. Con el paso del tiempo, puede que eso que gusta ahora, sea visto como un terrible defecto y que sea motivo de alejamiento. Los seres humanos somos caprichosos, contradictorios, volubles.
2. Rubias, de pelo oscuro, blancas o morenas, delgadas o gorditas, con pechos exuberantes o con pechos pequeñitos, altas o pequeñas, todas tienen su encanto. Sin excepción. Y si, como vemos, el patita está comprometido con una mujer celosa, que no soporta que mire los culos o las tetitas de otras mujeres, pues, se jodió todo. El ‘pata seguirá mirando a espaldas de ella y ella tendrá que pasar por el doble trabajo de molestarse y apaciguarse. Pero, además, el ‘patita’ de la foto no es nada ‘lorna’. Con toda seguridad que esa pareja ya se fue al diablo hace rato…
3. Pero si el ‘patita’ no mirara y admirara esos pantaloncitos calientes, francamente sólo podría ser dueño de los siguientes adjetivos: imbécil, moralista o hipócrita.
Bueno, Carlitos….cada uno sabe cómo matar sus pulgas. Yo, en situación parecida, miraría con muchísimo placer a las bellas chicas que pasaran delante de mí. Sin complejos y sin cargo de conciencia alguno. La belleza hay que admirarla, la imaginación hay que enriquecerla. Y la vida es para vivirla. Ya lo escribí en el artículo sobre Vargas Llosa (y, por supuesto, él ya lo ha dicho en numerosas oportunidades): la imaginación y la fantasía nos brindan el placer de ejercer de manera irrestricta, irrefrenable e inmediata nuestro derecho a ser libres.
Un abrazo,


R.

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