30/4/14

PREMIO PARA UN MAESTRO: LEONARD COHEN


Escribe: Rogelio Llanos Q.

Por unas cuantas canciones / en las que hablaba de su misterio, / las mujeres han sido / excepcionalmente amables / con mi vejez. / Hacen un rincón secreto / en sus ajetreadas vidas / y me llevan allí. / Se desnudan / cada una a su manera / y me dicen: / "Mírame Leonard / mírame por última vez". / Después se inclinan sobre la cama / y me tapan / como a un niño tiritando de frío.

Estos versos, sentidos, entre lo amable y lo nostálgico, fueron escritos por Leonard Cohen, reciente ganador del Premio Príncipe de Asturias de la Letras. Nuestro gran Leonard Cohen.

Con su voz cavernosa, sus gestos pausados y sus composiciones que aluden al amor y al desamor, a los años que pasan, a la vida diaria, a la muerte, Leonard Cohen ocupó un lugar especial en nuestro corazón melómano, aunque, ciertamente, la música no fue su único quehacer. Sus incursiones en la poesía y en la novela están cargadas de esa emoción que baña la exploración amable o descarnada, de los sentimientos y de las experiencias vividas.

Tengo ahora en mis manos su Libro del Anhelo, un hermoso poemario en el cual escribe un brevísimo poema que titula La Cancioncilla Más Dulce. Le bastan dos versos para expresar un sentimiento de ¿amor?, ¿devoción?, ¿resignación?: Sigue tu camino / Yo también lo seguiré.

El mejor elogio que ha podido recibir, provino, cómo no, de Bob Dylan: “Si no fuera Bob Dylan, me gustaría ser Leonard Cohen”.

Enhorabuena, maestro. En estos tiempos de odio y miseria, saber que han reconocido tu obra y tu sentir, me alegra profundamente. Me refugiaré, entonces, en tus versos y repetiré una y otra vez: aturdido / pero / sin / sufrir / hinchado / de / inquietud / y / ansiedad/ pero / sin / sufrir / viejo, inútil / y lleno de / dolor, pero / sin / sufrir. 

Lima, 5 de junio de 2011



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