Escribe: Rogelio Llanos Q
Hace algunos meses recibimos una
carta de invitación del Colegio de Ingenieros del Perú para asistir a las
actividades programadas por dicha institución para agosto del año en curso. Teniendo
en cuenta que la carta provenía del Capítulo de Ingeniería Eléctrica, los temas
abordados hacían mención a los interruptores de alta y extra alta tensión, a la
iluminación, a la protección de edificaciones contra rayos y también al
mantenimiento en los diferentes niveles de tensión.
Leímos muy rápidamente la carta y
pasamos a las impresiones adjuntas donde se detallaban los contenidos,
ciertamente interesantes, de cada charla. De pronto, nos detuvimos con sorpresa
ante el título de una de las conferencias. Decía: Mantenimiento especializado en Subestaciones de Media y Alta Tensión
empleando técnicas de TcT, el estado del arte actual.
Desconcierto total. A diferencia
de las otras conferencias, esta, desde el título mostraba a un autor
pretencioso, por lo enigmático (después adiviné que TcT quería decir Trabajos
con Tensión) y por esnob. Agregarle al título de la conferencia, la frase ‘el
estado del arte actual’ era ya el colmo del esnobismo si no de la huachafería.
Una pequeña digresión: esnob,
según el Diccionario de la Real Academia (DRAE) es la persona que imita con
afectación las maneras, opiniones, etc., de aquellos a quienes considera
distinguidos. Pues bien, el conferencista tenía todas las características de un
esnob. Estaba imitando a muchos autores que se les ha dado por utilizar la
frase citada. Pero, lo peor de todo es que se había atrevido a traducir
literalmente la frase State of Art, la
cual, escrita así como figuraba en el título de la conferencia, carecía
totalmente de sentido. Seguramente, el profesional de marras pensó impactar con
un título misterioso (por lo del TcT) y por lo esotérico y rimbombante (tal vez
así lo supuso) de la frasecilla estado
del arte.
Teniendo en cuenta la materia
abordada, no nos cabe la menor duda de que el conferencista quiso hacer
referencia a la tecnología de vanguardia o a lo más avanzado en tecnología.
Porque State of Art significa
precisamente eso, es decir el punto más elevado de evolución alcanzado por un
proceso, equipo, método u operación. Y es un término que es factible de ser
usado tanto en el campo de las ciencias como en el de las humanidades. Pero no
se debe escribir o traducir literalmente. Se debe dar el sentido correcto a la
frase, utilizando el rico caudal de términos que posee nuestro idioma. No
hacerlo así, evidencia ignorancia extrema.
En un artículo de una revista
chilena, en que se tocaba, justamente, el uso o mal uso de la frase State of
Art, el autor mencionaba que la traducción literal de esta frase le hacía
recordar a un ejecutivo que quiso dárselas de sabihondo y que en la puerta de
su oficina escribió “Entre nomás y tome asiento”, pero, claro está, lo hizo en
el idioma de moda, o sea en inglés, y, entonces, escribió: ‘Between not more
and drink a chair’, una frase que “ni siquiera se puede catalogar de barbarismo
ni de aberración lingüística”, tal como concluye el autor chileno.
Estado del arte no es la única
expresión en inglés que se utiliza impunemente en muchas traducciones o en el
habla común (tal como lo ha hecho el ingeniero de la charla que mencionamos).
Hay otros términos que la jerga cibernética nos está pasando de contrabando y
que hay que evitar: customizar (por
personalizar), accesar (por acceder),
atachar (por adjuntar), linkear (por ligar o enlazar). Pero
sobre ello volveremos en otro momento.
Lima, 15 de octubre de 2013
Colaboración para el noticiero digital de Quimpac.
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