30/4/14

R.E.M.: AL FINAL DEL CAMINO




Escribe: Rogelio Llanos Q.


Todo tiene su final era uno de los versos de una canción del mismo nombre que popularizara allá por los años setenta el gran Héctor Lavoe. Canción que se alimentaba de aquellas verdades simples de la vida y que el sonero cantaba entre el gozo y la nostalgia. El final de una vida es siempre triste. Más aún si se trata de una vida cuyos frutos los hemos apreciado, disfrutado y hecho nuestros. Después de ella sólo nos quedan los recuerdos de aquellos buenos momentos vividos y siempre el pesar y el lamento por aquellas cosas que no se pudieron concretar. Para resumirlo en unas pocas frases: final de una ilusión, final de un encanto.

La aventura rutilante de los R.E.M concluyó el 21 de septiembre pasado con una escueta declaración en la que agradecía profundamente a todos aquellos que alguna vez se habían sentido tocados por su música. No hubo concierto de despedida, ni muchas luces en torno al final de una de las grandes bandas de rock. Sólo unas palabras, un perfil bajo y un disolverse en la nada.

Mike Stipe, Mike Mills y Peter Buck nunca fueron divos propensos al escándalo y a las luces fulgurantes del inefable mundo del espectáculo. Eran hombres del escenario, que vivían para y por la música. Se entregaron siempre a ella con generosidad y en los estudios y en el escenario dieron muestras de sobra de su talento. Su obra musical osciló entre las letras crípticas y sonidos rugientes y las composiciones depuradas con alusiones desencantadas sobre el entorno social y político de su país, arropadas con acordes y melodías plenos de vitalidad y lirismo.

Conocimos hace mucho tiempo a R.E.M a través de un tema que nunca fue, precisamente, uno de su predilección: Shiny Happy People. Pero este tema, movido, que Mike hiciera para gozar de la compañía de Kate Pierson –cantante de B-52’s- y que no reflejaba la esencia y el sentir de la banda nos llevó hacia el Out of Time, donde nos topamos con el que se convertiría en un clásico de la banda y que era casi un fijo en cada una de sus presentaciones: Losing My Religion. Y de allí pasamos a los extraordinarios: Automatic for the People, Monster y New Adventures in Hi-Fi, para luego empezar una  vuelta atrás y saber de dónde venía esa profunda nostalgia, esa ineludible  tristeza o esa furia desencadenada de esta banda de sentimientos y salud frágiles que tocó las fibras sensibles de sus miles de seguidores en muchas partes del mundo.

Alguna vez fueron cuatro. Bill Berry, el baterista, abandonó el grupo tras sufrir un aneurisma cerebral en 1995. Su último disco fue New Adventures in Hi-Fi. Los críticos sostienen que a partir de allí, R.E.M cambió y no siempre para bien. A pesar de muchos comentarios adversos, debemos manifestar que hemos continuado siendo fieles a esta banda y apreciado los aciertos de aquellos discos que siguieron a la salida de Berry. Nos negamos a echar por la borda discos con temas como Suspicion, At my most beautiful, Sad Professor o Daysleeper (en Up), All the Way to Reno o Imitation of Life (en Reveal), Leaving New York, Electron Blue o Final Straw (en Around the Sun).

La noche del 13 de marzo de 2008, R.E.M subió al escenario del Austin City Limits en Texas para presentar ante trescientos cincuenta personas el Accelerate, su décimo cuarto álbum en estudio. Nos vamos a detener aquí porque, pensamos, el Accelerate es un hito importante en la carrera de R.E.M. Y este concierto revela muchas cosas: un estado de ánimo, un pico elevado en la carrera musical del grupo, una apuesta política.

No conocemos los detalles de la filmación de este concierto que luego quedaría perennizado en un DVD oficial con el título R.E.M Live From Austin TX. Nos hubiera gustado saber cómo se gestó y cómo se concibió la filmación de este concierto porque, reiteramos, es muy revelador respecto al momento por el que pasaba la banda, pero también porque, a la vista de los resultados, tenemos la impresión de que hubo una preparación muy cuidadosa, sobre todo en lo que se refiere al manejo diestro de las cámaras, la iluminación eficaz y la espléndida fotografía.

En los créditos leemos que la dirección estuvo a cargo de Gary Menotti y la fotografía fue responsabilidad de Scott Newton. Pensamos que, tanto ellos como el equipo de la producción debieron sentirse  al final muy satisfechos con el producto realizado. El concierto refleja el buen estado por el que pasaba R.E.M en el 2008. Había ilusión, había entrega, había deseo de lucha. Sí, porque R.E.M. le había declarado la guerra al ‘establishment’. Bush era el gobierno de las grandes corporaciones y de los grandes negociados. Bush siguiendo el ejemplo de su padre y de los gobiernos más retrógrados de su país, había echado a volar el águila guerrera y la juventud norteamericana, de vuelta de la nueva cruzada colonialista, empezaba, como en los tiempos de Vietnam, a retornar en ataúdes envueltos en la bandera del oprobio y la mentira.

El Accelerate era un disco combativo, duro y sin concesiones que se iniciaba con un arrollador Living Well is the Best Revenge. Y el concierto arranca precisamente con este primer tema del álbum que Mike Stipe vocaliza de manera contundente, apoyado en la guitarra incisiva de Peter Buck y la base rítmica que sostienen impecables Mike Mills en el bajo y Bill Rieflin en la batería. Son largas parrafadas las que canta Stipe, a partir de esos inquietantes versos que hablan del veneno que entra en la vida que uno aspira a vivir y que lo hace, de repente, despertarse bruscamente sumido en el pánico (1).

¿Cuándo se jodió Estados Unidos? A partir de Living Well… se instala esta interrogante con el mismo ímpetu vargasllosiano. A continuación, Stipe y su banda arremeten con Man-Sized Wreath y sientan otra premisa a partir de la cual ellos se consideran en campaña: el juicio de la sociedad norteamericana está en la picota, su juicio está nublado por la presencia del miedo (2). La música de R.E.M es provocadora, subversiva, y al mismo tiempo encantadora. La vocalización de Mike es perfecta. Su voz, ligeramente ronca, se adapta perfectamente a los sonidos afilados de las guitarras de Peter Buck y Scott McCaughey.

Luego, viene el intro suave, cristalino de Drive, a cargo de Peter Buck, que da paso a la voz de un inspirado Stipe que, inquietante, pregunta y afirma a la vez: hey, niños, ¿dónde están? Nadie les dice lo que hay que hacer, nadie les dice donde ir (3). La interpretación es sobria, cargada de emoción, gracias a la fuerza y carisma de un Stipe que se siente muy cómodo actuando en un escenario pequeño, bien secundado por sus músicos que disfrutan igual del momento.

Si es posible conocer el talante del grupo y apreciar sus virtudes musicales es gracias a una planificación cuidadosa que le da al espectador la oportunidad de ver el quehacer de cada uno de los integrantes en cada una de sus interpretaciones. Las cámaras se desplazan de un miembro de la banda a otro, según el papel que le toca en cada tema musical. Así, tendremos unos buenos planos de Mike Mills mientras ejecuta los teclados en Electrolite, no nos perderemos los toques de la guitarra acústica de Peter Buck en Huston y del mismo Mills en este tema, y el histrionismo de Mike Stipe en Fall on Me.

R.E.M Live from Austin TX., es un excelente documental que da cuenta del quehacer musical de una banda que lo entrega todo en el escenario. El acierto en la filmación de este concierto está en dejar que la música y quienes la interpretan impongan su ritmo. Los planos, las ángulos de cada toma, los movimientos de cámara y la iluminación sólo son el complemento adecuado a un espectáculo que basa su atractivo en el virtuosismo de los intérpretes, la calidad vocal de Stipe, la música hermosa y vital y el mensaje transgresor de una banda que decidió reivindicar para su arte aquellos  términos tan venidos a menos en las últimas décadas: el compromiso con su medio, el compromiso político.

Ve y construye otro hogar, ve y construye otro sueño, yo no escogí los que ahora existen (4) son algunos de los versos de So, Central Rain, que engarzan perfectamente con otros que Stipe canta en Accelerate: el paisaje está cambiando, la incertidumbre nos sofoca, nunca la esperanza ha sido tan grande como ahora (5). Hay en muchas de las canciones de R.E.M. mucha desilusión y mucha inquietud, como en la que se desliza en Hollow Man: Me he convertido en un hombre vacío…estoy abrumado, vacío e incompleto….(6), pero al mismo tiempo hay un destello de esperanza que parte del mismo hecho de querer superar ese abismo y construir su sueño como en So, Central Rain.

Pero también la ironía y la apelación al mundo de la imaginación y la fantasía encuentran un espacio privilegiado en el arte de R.E.M: Hollywood y sus mitos, Hollywood y sus luces multicolores, Hollywood y su vida de ensueño aparecen en Electrolite (7) e Imitation of Life.

Si bien la música de R.E.M. alude al universo norteamericano, ancla en realidad en la experiencia y el sentir de los integrantes de la banda. Ese mundo interior, de donde parte la obra de Stipe, Mills, Buck y Berry (este último hasta el año 96), es revisitado y  reelaborado poéticamente en versos muchas veces enigmáticos. Cada vez que escuchamos Supernatural Superserious, nos viene a la mente esa frase de Dylan al referirse al Blood on the Tracks y preguntarse cómo es posible que la gente disfrute de un álbum que está lleno de dolor. Los briosos sonidos de Supernatural Superserious enciende a la audiencia que grita, goza, y aplaude, pero Stipe allí habla de humillación en la adolescencia, de lágrimas y fantasías, de sueños de travesti y de decisiones de vivir con gozo y sin lamentos (8).

Las composiciones de R.E.M. no son de fácil lectura. Y ellos se han negado terminantemente a ser complacientes. Al presentar sus canciones, lo hacen aludiendo a ciertos contextos dentro de los cuales crearon sus temas, pero los versos, por lo general, jamás llegan a ser explícitos. Tal es el caso de Huston (9), del cual Mike Stipe contó en alguna ocasión que fue escrito a partir de las inundaciones provocadas por el huracán Katrina, que puso en evidencia la ineptitud del gobierno de Bush. La canción ironiza sobre el papel del gobierno y pone énfasis en la fuerza del individuo para salir adelante.

Hay en los temas de R.E.M. la ambigüedad suficiente para hacer diferentes lecturas. Esta multiplicidad de significados es una muestra de la riqueza de la obra de una banda que en sus casi treinta y un años de vida tocó la gloria sin envanecerse, y, por el contrario, asumió un papel importante en la lucha por el cambio político de su país, pensando en el hombre de la calle, en el hombre sencillo, en aquel que no tiene acceso a los grandes medios de comunicación. Su no al fascismo, su no a la guerra y su afirmación de vida se tradujo en temas como Bad Day, Horse to Water o el hermoso, y no menos duro, Until the Day is Done (10). Las versiones que aparecen en R.E.M Live From Austin TX, son intensas, apasionadas, bellas. El final del concierto llegó con el clásico Man on the Moon.

Sí, intensidad, pasión y belleza describen perfectamente lo que fue el quehacer de R.E.M a lo largo de su existencia. Y quizás esa intensidad y esa pasión que encendieron la admiración de miles en todo el mundo, encendió también el fuego en el cual se consumió la vida de una banda que se jugó por entero a favor del sueño americano, sueño que ahora aparece aún más lejano y donde las ilusiones quizás se han perdido, quizás se han olvidado.

En The Last Waltz, Robbie Robertson habla del camino que acabó con Janis, con Elvis y tantos otros. Quizás Mike Stipe, Mike Mills y Peter Buck decidieron salvar lo que quedaba tras la debacle. ¿Era tal vez Collapse Into Now, el último disco de R.E.M. un adelanto de lo que se venía? ¿es el sálvese quien pueda del barco a punto de naufragar lo que le espera a la gran nación americana? Lo cierto es que ya no veremos danzar, cantar y sonreír al carismático Mike Stipe, tampoco veremos a Mike Mills y su gastado bajo amarillo haciendo la segunda voz del grupo y, con toda seguridad, echaremos de menos la imagen entrañable de Peter Buck y sus extraños saltos sobre el escenario mientras nos deleitaba con sus tiernos o fieros rasgueos, acordes y toques de su guitarra portentosa, única…inolvidable.


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Notas:


(1)  It's only when your poison spins / Into the life you'd hope to live / And suddenly you wake up in a shaking panic

(2)  Nature abhors a vacuum but what's between your ears? / Your judgement clouded with fearful thoughts.

(3)  Hey kids, where are you? / Nobody tells you what to do, baby / Hey kids, rock and roll.
Nobody tells you where to go, baby, baby, baby

(4)  Go build yourself another home, this choice isn’t mine / Go build yourself another dream, this choice isn’t mine

(5)  The vista I see now is changing  / Uncertainty is suffocating / Our hope has never felt so great and / Lit up down

(6)  I've become / The hollow man, / I've become / The hollow man I see…..I'm overwhelmed / I'm on repeat / I'm emptied out / I'm incomplete / You trusted me /
I want to show you / I don't want to be / The hollow man

(7)  If I ever want to fly./ Mulholland Drive./ I am alive./ Hollywood is under me./I'm Martin Sheen / I'm Steve McQueen/ I'm Jimmy Dean

(8)  Humiliation, / Of your teenage station / Yeah you cried and you cried, / He's alive, he's alive / And you cried and you cried and you cried, / And you realize your fantasies are / Dressed up in travesties / Enjoy yourself with no regrets.

(9)  If the storm doesn't kill me the government will / I've got to get that out of my head / It's a new day today and the coffee is strong / I've finally got some rest….So a man's put to task and challenges / I was taught to hold my head high / Collect what is mine / Make the best of what today has.

(10)       The battle's been lost, the war is not won / An addled republic, a bitter refund / The business first flat earthers licking their wounds / The verdict is dire, the country's in ruins / Providence blinked, facing the sun / Where are we left to carry on / Until the day is done / Until the day is done


Lima, 26 de septiembre de 2011.

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